¿Qué traman los BRICS y Alemania?
¿Berlín-Moscú-Pekín?
Y también está el tema de Alemania
Alemania exporta hoy en día el 50% de su producto bruto interno
(PBI) mientras que en 1990 era solo el 24%. Durante los
últimos 10 años el crecimiento de Alemania se ha basado en
las exportaciones. He aquí, por lo tanto, una economía
colosal que necesita los mercados mundiales para seguir prosperando.
La Unión europea (UE), ya está exangüe, por definición, para responder
a esas expectativas.
Los destinatarios de las exportaciones alemanas están cambiando.
Solo el 40% de las exportaciones se destinan a la UE, con tendencia a
reducirse. El verdadero crecimiento se encuentra en Asia. En
consecuencia en la práctica Alemania se está alejando de la zona euro.
Eso no significa, sin embargo, que la esté abandonando, lo que se
interpretaría como una vil traición hacia el tan cacareado proyecto europeo.
Esta situación comercial pone en evidencia la verdadera razón por la que Alemania
se muestra tan dura con Grecia: o capituláis totalmente o abandonáis la zona
euro. Lo que quiere Alemania es mantener su asociación con Francia y su dominio
sobre los países europeos del este en tanto que economías satélites, incluyendo
a Polonia. Es de esperar por lo tanto que Grecia, España, Portugal e Italia se
enfrenten a un muro de intransigencia. Una ilustración elocuente de que la
integración europea solo funciona mientras Alemania dicta todas las reglas.
El doble fiasco comprobado en Grecia y Ucrania ha puesto palos en las ruedas
que han dejado al descubierto todas las fallas de la hegemonía de Berlín en
Europa, es lo menos que puede decirse. Berlín se ha desvelado a menudo
a causa de la real pesadilla de una guerra fomentada por los estadounidenses
contra Rusia en las regiones fronterizas del este de Europa. No es sorpresivo
por lo tanto que Angela Merkel haya emprendido un apresurado viaje a Moscú.
En el plano diplomático Moscú ha salido ganando. Rusia también ha ganado
a causa de que Turquía, cansada de ver bloqueados sus esfuerzos para unirse
a Europa por (¿quién si no?) Alemania y Francia, ha decidido girar hacia Eurasia,
burlándose de la OTAN e incrementando sus relaciones con Rusia y China.
Todo esto se ha producido en el marco de un giro mayor sobre el tablero del
“ductistán” (la trama de oleoductos de la región, N. de T.). Luego de haber
negociado hábilmente el reordenamiento del gasoducto South Stream para
instalar un Turk Stream, hasta la frontera griega, Putin y el primer ministro
griego Tsipras han acordado prolongar un gasoducto desde la frontera turca
hasta el sur de Europa pasando por Grecia. De modo que Gazprom no solo se
hallará sólidamente instalado en Turquía, sino también en Grecia y por lo tanto
con una enorme importancia estratégica para el “ductistán” europeo.
Tarde o temprano Alemania deberá responder a un imperativo categórico:
¿cómo mantener masivos superávit comerciales si deja desmoronarse a sus
socios comerciales europeos? La única respuesta posible es aumentando
los intercambios comerciales con Rusia, China y el sureste asiático. Tardará
tiempo y el camino se hallará sembrado de obstáculos salvo que se cree
un eje económico comercial Berlín-Moscú-Pekín (los “RC” de los BRICS y Alemania)
sea inevitable.
Y no, este tipo de cosas no se leerán en las delirantes previsiones del reino de
la charlatanería estadounidense.
Traducido del inglés al francés por Daniel y revisado por jj y Diane para Le Saker fr
Pepe Escobar es un periodista brasileño de Asia Times y Al-Jazeera.
Es también autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving
into Liquid War (Nimble Books, 2007); Obama does Globalistan (
Nimble Books, 2009) y Empire of Chaos (Nimble Books, 2014).
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