Socialdemocracia en Cuba? Crónica de un fracaso anunciado. (Parte 1). Por Néstor Kohan
[Transcripción de la entrevista-diálogo de «La Manigua» con Néstor Kohan, 22/9/2021 versión revisada y aumentada por el autor entrevistado]
(Os "marxistas" da CIA)Rodrigo Huaimachi: Néstor, en tu reciente libro Hegemonía y cultura en tiempos de contrainsurgencia «soft» [La Habana, Ocean Sur-Ciencias Sociales, 2021], te inspiras en dos revolucionarios argentinos, Daniel Hopen y Haroldo Conti. Ellos son la antesala de este libro. ¿Por qué los has escogido como preámbulo o presentación? También nos gustaría saber tu opinión sobre Fernando Martínez Heredia, quien es más conocido en Cuba que los dos compañeros argentinos Hopen y Conti.
Néstor Kohan: ¿Quién es Daniel Hopen? Además de un compañero y amigo de mi padre (quien siempre me habló de él), Daniel Hopen era un muchacho que estudió sociología y fue profesor de la Carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Además de su actividad académica, fundamentalmente pasó a la historia por ser un militante revolucionario. Daniel formó parte de una de las principales insurgencias revolucionarias de Argentina. Fue un militante práctico y un intelectual revolucionario, al mismo tiempo. Además formó parte de una revista muy célebre en la Argentina que se llamaba Nuevo Hombre (hace pocos años la Biblioteca Nacional de Argentina la reprodujo en edición facsilimar en varios tomos, tamaño tabloide). Él era de los más jóvenes dentro de la revista Nuevo Hombre.
¿Qué escribió Daniel Hopen? Entre varios otros textos, redactó una crítica muy extensa, rigurosa y detallada (desde el punto de vista político y también metodológico) del “Proyecto Marginalidad”. Un proyecto de investigación que fue tristemente célebre en la década de 1960-1970. Incluso hasta el periódico cubano Granma publicó una nota al respecto. Fue un proyecto muy conocido y resistido en todo el continente, pues el Proyecto Marginalidad estaba financiado por la Fundación Ford (Ford Foundation). Ya en esa época, el imperialismo estaba previendo, con muchos años de anticipación, qué sucedería si se aplicaran los esquemas económicos neoliberales. Esa política “de shock” que comenzó a implementarse, por primera vez a escala mundial, a partir del golpe de Estado del general Pinochet el 11 de septiembre de 1973 (y que sigue aplicándose en diversos países hasta hoy, 2021). El proyecto Marginalidad buscaba identificar qué sucedería con los sectores de la clase trabajadora que quedarían desempleados y marginalizados. El imperialismo invirtió muchísimo dinero, decenas de miles de dólares (quizás centenas de miles) para averiguar qué pasaría con esas masas trabajadoras que iban a quedar por fuera del sistema productivo capitalista. ¿Irían a engrosar las fuerzas revolucionarias? ¿Se rebelarían? ¿Utilizarían, para resistir, la violencia revolucionaria? Dicho proyecto operó en varios países, fundamentalmente en Argentina y en Chile. El proyecto estuvo financiado a través de la Fundación Ford. Todo el mundo sabía (y sabe) que detrás de la Ford estaba… “la Compañía”, es decir, la principal institución de contrainsurgencia a nivel mundial. Lo llamativo es que, para investigar este tema, la Ford eligió –aquí viene la abrumadora actualidad del problema- a investigadores de origen marxista y a sociólogos que provenían de la izquierda. “La Compañía” no tenía ni tiene ningún problema en emplear gente que proviene de la izquierda, si les son útiles. Algunos integrantes fueron muy famosos, como Ernesto Laclau. El director del Proyecto Marginalidad, analizado y denunciado por Daniel Hopen, fue José Nun. También formó parte Fernando Henrique Cardoso (futuro presidente neoliberal de Brasil, en esa época todavía con posiciones “marxistas”), etc,etc. Entonces ese proyecto generó una serie de polémicas muy agudas y encendidas en todo el continente porque aparentemente utilizaba lenguaje “de izquierda”, e incluso terminología “marxista”, citas extraídas de El Capital y de los Grundrisse (la primera redacción en borrador de El Capital). En la superficie todo era muy prolijo y muy “rojo”, pero… detrás estaba la Fundación Ford, y a través de la Ford el dinero y la orientación política provenían de… la CIA. Lo aparentemente “prolijo” en realidad estaba manchado por el dinero sucio de la contrainsurgencia del imperialismo.(...)
Sem comentários:
Enviar um comentário