Desde Cristovão Colombo e Vasco da Gama …
Este
artículo es una versión ampliada de la conferencia dada por el autor en
Kerala (India) el 24 de enero 2008 bajo el título «Impactos de la
globalización sobre los campesinos pobres». Los participantes de esta
conferencia, en su mayoría mujeres provenientes de medios rurales,
respondían a la invitación de la asociación Shanthigram y de VAK
(miembro de la red CADTM internacional) en el marco de la semana mundial
de acción global lanzada por el Foro Social Mundial.
El
comienzo de la mundialización se remonta a las consecuencias del primer
viaje de Cristóbal Colón, que desembarcó en octubre de 1492 en la playa
de una isla del mar Caribe. Ese es el punto de partida de una
intervención brutal y sanguinaria de las potencias marítimas europeas en
la historia de los pueblos de América, una región del mundo que, hasta
entonces, había quedado al margen de relaciones regulares con Europa,
África y Asia. Los conquistadores españoles y sus homólogos portugueses,
británicos, franceses, holandeses [1] se apoderaron del conjunto de tierras que convinieron en llamar América, [2] dieron muerte a la mayoría de la población indígena y explotaron al resto a fin de obtener el máximo beneficio de sus recursos naturales (en primer lugar el oro y la plata). [3] Al
mismo tiempo, las potencias europeas partieron a la conquista de Asia.
Más tarde ampliarían su dominación de Australasia y finalizarían la de
África.
En
1500, justo al principio de la brutal intervención de los españoles y
de los portugueses en América Central y en América del Sur, esta región
contaba con al menos 18 millones de habitantes (ciertos autores avanzan
cifras mucho más elevadas, llegando hasta cerca de 100 millones [4].
Un siglo más tarde no quedaban más que unos 8 millones de habitantes
(incluyendo los colonos europeos y los primeros esclavos africanos). En
el caso de la mayor parte de las islas del Caribe, la totalidad de los
indígenas ha sido exterminada. Nótese que durante un largo período, los
europeos, apoyados por el Vaticano, [5]. no consideraban a los indígenas americanos como seres humanos [6] . Lo que era muy conveniente para exterminarlos o explotarlos.
Cuadro 1. Comparación entre la evolución de la población de Europa Occidental y la de Latinoamérica entre 1500 y 1820 (en millones de habitantes) |
||||
1500 | 1600 | 1700 | 1820 | |
Europa Occidental | 57 | 74 | 81 | 133 |
América Latina | 18 | 8* | 12* | 21 |
* Estas dos cifras comprenden a los indígenas de Américas, los colonos europeos y los esclavos traídos por fuerza de África. | ||||
Cálculos de Eric Toussaint sobre la base de los de Angus Maddison, 2001 |
En
América del Norte, la colonización europea comenzó en el siglo XVII,
esencialmente llevada a cabo por Inglaterra y Francia; después conoció
una rápida expansión, en el siglo XVIII, época también marcada por una
importación masiva de esclavos africanos. Las poblaciones indígenas
fueron exterminadas o desplazadas fuera de las zonas de implantación de
los colonos europeos. En 1700, los indígenas constituían las tres
cuartas partes de la población; en 1820 su proporción era del 3 %.
Hasta
la integración forzada de América en el comercio planetario, el eje
principal de los intercambios comerciales intercontinentales incluía
China, la India y Europa. [7] El comercio entre Europa y China requería vías terrestres y marítimas (por el mar Negro). [8].
La principal vía que comunicaba Europa con la India (ya sea la región
de Gujarat al Noroeste o de Kerala, al Suroeste, con los puertos de
Calicut y de Cochín) pasaba por el mar Mediterráneo, luego por
Alejandría, Siria, la península Arábiga (el puerto de Muscat), llegando
el mar de Arabia. La India desempeñaba igualmente un papel activo en los intercambios comerciales entre China y Europa.
Hasta
el siglo XV, los diversos progresos técnicos realizados en Europa
dependían de transferencias de tecnología desde Asia y desde el mundo
árabe.
A
fines del siglo XV y durante el curso del siglo XVI, el comercio
comenzó a demandar otras rutas. En el momento en que el genovés
Cristóbal Colón, al servicio de la corona de Castilla, abría la ruta
marítima hacia las «Indias» [9] por
el Atlántico navegando rumbo al oeste; Vasco da Gama, el navegante
portugués, singlaba hacia la India, también por el océano Atlántico,
pero poniendo proa hacia el sur. Bordeó las costas occidentales de
África, del Norte al Sur, y tomo luego la dirección del este, después de
haber pasado frente al cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de
África. [10] La
violencia, la coerción y el robo fueron el núcleo de los métodos
empleados por Colón y Vasco da Gama para servir los intereses de las
testas coronadas de Castilla y Portugal. En el curso de los siglos
siguientes, las potencias europeas y sus servidores utilizarían
sistemáticamente el terror, el exterminio y la extorsión, combinados con
la búsqueda de aliados locales, prestos a ponerse a su servicio.
Numerosos pueblos del planeta han visto el curso de su historia
bifurcarse brutalmente bajo los golpes de látigo de los conquistadores,
de los colonos y del capital europeo. Otros pueblos sufrieron una suerte
aún más terrible, pues fueron exterminados o reducidos a la situación
de extranjeros en sus propios países. Otros incluso fueron trasplantados
a la fuerza de un continente a otro y reducidos a la esclavitud. Es
verdad que la historia anterior al siglo XV de la era cristiana estada
marcada en numerosas ocasiones por las conquistas, las dominaciones y la
barbarie, pero éstas no abarcaban aún todo el planeta. Lo que choca en
el curso de los últimos cinco siglos es que las potencias europeas
emprendieron la conquista del mundo entero y, en tres siglos, han
acabado por poner en relación de manera brutal a (casi) todos los
pueblos del planeta. Al mismo tiempo, la lógica capitalista ha tenido
éxito finalmente en imponerse a todos los otros modos de producción (sin
necesariamente eliminarlos por completo).
A
partir del fin del siglo XV, la mercantilización capitalista del mundo
conoció un primer gran golpe de acelerador; luego siguieron otros,
principalmente en el siglo XIX, con la difusión de la Revolución
Industrial a partir de Europa Occidental y de la «colonización» tardía
de África por las potencias europeas. Las primeras crisis económicas
internacionales relacionadas con los ciclos del capital (en la
industria, las finanzas y el comercio) estallaron desde el comienzo del
siglo XIX y han provocado indiscutiblemente las primeras crisis de la deuda [11].El
siglo XX fue el teatro temporal de dos guerras mundiales, cuyo el
epicentro estuvo en Europa, y de tentativas infructuosas de construcción
del socialismo. El viraje del capitalismo mundial hacia el
neoliberalismo a partir de 1970 y la restauración del capitalismo en el
ex-bloque soviético y en China ha dado una nueva aceleración a la
mundialización capitalista.
Segundo viaje intercontinental de Vasco da Gama (1502):
Lisboa – Cabo de Buena Esperanza – África del Este – India (Kerala)
Después
de un primer viaje hacia la India, llevado a cabo con éxito en
1497-1499, Vasco da Gama fue enviado de nuevo en misión por la corona
portuguesa hacia ese país con una flota de veinte navíos. Zarpó de
Lisboa en Febrero de 1502. Quince navíos debían efectuar el viaje de
regreso y cinco (bajo el mando de un primo de da Gama) debían permanecer
para proteger las bases portuguesas en la India y bloquear los barcos
que zarparan de la India hacia el mar Rojo, a fin de cortar el comercio
entre ambas regiones. Da Gama dobló el cabo en junio e hizo escala en
Sofala, en el este de África, para comprar oro. En Kilva, forzó al
soberano local a pagar un tributo anual en perlas y oro, y zarpó hacia
la India. Se apostó frente a Cannanore (a 70 km al norte de Calicut —hoy
Kozhikode—) a la espera de los navíos árabes de regreso del mar Rojo.
Abordó un barco que regresaba de La Meca con peregrinos y un valioso
cargamento. Se apoderó de una parte de su carga y lo incendió. La mayor
parte de sus pasajeros y de su tripulación perecieron. Hizo luego un
alto de descanso en Cannanore, donde intercambió presentes (ofreció oro y
recibió piedras preciosas) con el soberano local, pero no hizo negocios
porque juzgó que los precios de las especias eran demasiado elevados.
Zarpó rumbo a Cochín (hoy Kochi), pone sus navíos al pairo frente a
Calicut y exigió al soberano que expulsara toda la comunidad de
negociantes musulmanes (4.000 familias), que utilizaban el puerto como
base para comerciar con el Mar Rojo.
Ante
el rechazo de Samudri, soberano local hindú, Vasco da Gama bombardeó la
ciudad, como ya había hecho en 1500 Pedro Álvares Cabral, otro
navegante portugués. Se dirigió luego a Cochín, donde intercambió
especias por la plata, el cobre y los textiles robados al barco que
había hundido, a principios de noviembre. Dejó allí un emporio
permanente y cinco navíos para proteger los intereses portugueses.
Antes
de abandonar la India para regresar a Portugal, la flota de da Gama fue
atacada por más de treinta navíos fletados por los negociantes
musulmanes de Calicut, y decidió entonces establecer la base de sus
operaciones en otra parte. Estas batallas navales muestran claramente la
violencia y el carácter criminal de la acción de Vasco da Gama y de la flota portuguesa.
Da
Gama regresó a Lisboa en octubre de 1503, con trece naves y cerca de
1.700 toneladas de especias, o sea, una cantidad poco más o menos igual a
la que llegaba cada año de Oriente Medio a Venecia a finales del siglo
XV. Los márgenes portugueses sobre ese comercio eran bastante más
importantes que los de los venecianos. La mayor parte de las especias se
distribuyeron en Europa vía Amberes, el principal puerto de los Países
Bajos españoles y también el más importante puerto europeo.
Las expediciones marítimas chinas en el siglo XV
Los
europeos no eran los únicos que hacían largos viajes y descubrían
nuevas rutas marítimas, pero, manifiestamente, eran los más agresivos y
los más conquistadores. Varias décadas antes que Vasco da Gama, entre
1405 y 1433, siete expediciones chinas tomaron la dirección del oeste y
visitaron principalmente Indonesia, Vietnam, Malasia, la India, Sri
Lanka, la península Arábiga (el estrecho de Ormuz y el mar Rojo), y las
costas orientales de África (principalmente Mogadiscio y Malindi).
Bajo el reinado del emperador Yongle, la marina Ming «contaba
aproximadamente con 3.800 navíos en total, de los cuales 1.350 eran
patrulleros y 1.350 navíos de combate asignados a los puestos de guardia
o a las bases insulares; una flota principal de 400 grandes navíos de
guerra estacionados cerca de Nankín y 400 navíos de carga para el
transporte de cereales. Había además más de 250 navíos-tesoro de gran
radio de acción.» [12].
Eran cinco veces más grandes que cualquiera de las naves de da Gama,
con 120 metros de eslora y 50 metros de anchura. Los grandes navíos
tenían al menos 15 compartimentos estancos, de modo que un bastimento
dañado no se hundía y podía ser reparado en alta mar.
Sus intenciones eran pacíficas,
pero su fuerza militar era suficientemente imponente para detener
eficazmente un ataque, lo que sólo se produjo en tres ocasiones. La
primera expedición tuvo por destino la India y sus especias. Las otras
tenían por misión la exploración de la costa oriental de África, el mar
Rojo y el golfo Pérsico.
El
primer propósito de esos viajes era establecer buenas relaciones,
ofreciendo regalos y escoltando a embajadores o a los soberanos que iban
o salían de China. No hicieron ninguna tentativa de establecer bases
con fines comerciales o militares. Los chinos buscaban nuevas plantas
para las necesidades de la medicina y una de las misiones había llevado
consigo 180 miembros de la profesión médica. Por el contrario, luego del
primer viaje a la India, el equipaje de Vasco da Gama se componía de
aproximadamente 160 hombres, entre ellos artilleros, músicos y tres
intérpretes del árabe. Después de 1433, los chinos abandonaron sus
expediciones marítimas de largo alcance y le dieron prioridad al
desarrollo interno.
En el 1500, niveles de vida comparables
Cuando
las potencias de Europa occidental se lanzan a la conquista del mundo, a
finales del siglo XV, el nivel de vida y el grado de desarrollo de los
europeos no era superior al de otras grandes regiones del mundo. China
aventajaba indiscutiblemente a Europa occidental en muchos aspectos:
condiciones de vida de los habitantes, nivel científico, obras públicas, [13]calidad
de las técnicas agrícolas y manufactureras. La India estaba más o menos
en igualdad con Europa, principalmente desde el punto de vista de las
condiciones de vida de sus habitantes y de la calidad de sus productos
manufacturados (sus textiles y su hierro eran de mejor calidad que los
producidos en Europa). [14].
La civilización inca, en los Andes, en América del Sur, y la de los
aztecas en México eran igualmente avanzadas y florecientes. Hay que ser
muy prudente cuando se trata de definir los criterios de desarrollo y
evitar limitarse al cálculo del producto interior bruto por habitante.
La expectativa de vida, el acceso al agua potable, la seguridad de
existencia, la calidad de la salud, el respeto de las diferencias, la
relación hombre/mujer, los mecanismos de solidaridad colectiva
constituyen en su conjunto criterios de comparación más importantes que
el PIB per
cápita. Sin embargo, si uno se atiene a ese último criterio y si se
agrega la esperanza de vida y la calidad de la alimentación, los
europeos no vivían mejor que los pueblos de otras grandes regiones del
mundo antes de lanzarse a su conquista.
El comercio intra-asiático antes de la irrupción de las potencias europeas
En
1500, la población de Asia era cinco veces más importante que la de
Europa occidental. La población de la India por sí sola representaba el
doble de la población de Europa occidental. [15] La
región representaba entonces un mercado muy vasto con una red de
negociantes asiáticos operando entre África y la India, y entre las
Indias orientales e Indonesia. Al este del estrecho de Malaca, el
comercio era dominado por China.
Los
negociantes asiáticos conocían bien la dirección estacional de los
vientos y los problemas de la navegación en el océano Índico. Los
navegantes experimentados eran numerosos en la región; tenían a su
disposición un conjunto de estudios científicos sobre astronomía y
navegación. Sus instrumentos de navegación no tenían gran cosa que
envidiar a los de los portugueses.
Desde
África oriental hasta Malaca (en el angosto estrecho que separa a
Sumatra de Malasia), el comercio asiático era realizado por comunidades
de mercaderes que conducían sus actividades sin navíos armados ni
ingerencia marcada de los gobiernos.
Las
cosas cambiaron radicalmente con los métodos empleados por los
portugueses, los holandeses, los ingleses, los franceses al servicio de
sus Estados y de los mercaderes. Las expediciones marítimas lanzadas por
las potencias europeas hacia diferentes partes de Asia aumentaron
considerablemente, como lo muestra el cuadro de abajo (tomado de
Maddison, 2001). El mismo indica claramente que Portugal era, sin
discusión, la potencia europea dominante en Asia durante el curso del
siglo XVI. Fue desplazada en el siglo siguiente por los holandeses,
quienes permanecieron dominantes durante el curso del siglo XVIII, con
los ingleses ocupando la segunda posición.
Cuadro 2 . Número de buques enviados a Asia por siete países europeos,1500–1800 | |||
1500-99 | 1600-1700 | 1701-1800 | |
Portugal | 705 | 371 | 196 |
Países-Bajos | 65(a) | 1770 | 2950 |
Inglaterra | 811 | 1865 | |
Francía | 155 | 1300 | |
Otros países | 54 | 350 | |
Total | 770 | 3161 | 6661 |
(a) anos 1590 | |||
Fuentes: portugal 1500-1800 datos tirados de Magalhaes Godinho en Bruijn Gaastra 1993, pp.7 y 17; otros datos tirados de Bruijn Gaastra (1993) pp. 178 y 183. «Otros países» designan los barcos de las compañías danesas y suecas de comercio y de la compañía de Ostende. |
La Gran Bretaña se unió a las potencias europeas en la conquista del mundo
«En
el siglo XVI, las principales actividades de Inglaterra fuera de Europa
eran la piratería y los viajes de reconocimiento para estudiar las
posibilidades de crear un imperio colonial. El golpe más audaz fue el
apoyo real dado a la expedición de Drake (1577-1580), quien, con cinco
naves y 116 hombres, rodeó el estrecho de Magallanes, apresó y despojó
los barcos españoles cargados de tesoros a lo largo de las costas
chilenas y peruanas, estableció contactos útiles en las islas de las
especias desde las Molucas y Java hasta el cabo de Buena Esperanza y
Guinea, al regreso». [16]
A
finales del siglo XVI, Gran Bretaña dio un golpe decisivo con el que
afirmó definitivamente su poderío naval al infligir una derrota a España
frente a las costas británicas. A partir de ese momento se lanzó a la
conquista del Nuevo Mundo y de Asia. En el Nuevo Mundo estableció
colonias azucareras en las Antillas y, a partir de la década de 1620,
participó activamente en el tráfico de esclavos importados de África.
Simultáneamente, instaló entre 1607 y 1713 quince colonias de
poblamiento en América del Norte, 13 de las cuales acabaron proclamando
su independencia para devenir, en 1776, los Estados Unidos; las otras
dos permanecerían en el regazo británico y constituirían parte del
Canadá.
En
Asia, la corona británica adopta otra política: antes que recurrir a la
creación de colonias de poblamiento, instauró un sistema de colonias de
explotación, comenzando por la India. A tal efecto, el Estado británico
otorgó en 1600 su protección a la Compañía de las Indias Orientales
(una asociación de mercaderes que competía con otros agrupamientos del
mismo tipo en Gran Bretaña). En 1702, la Compañía de las Indias
Orientales obtuvo del Estado el monopolio del comercio y se lanzó a la
conquista de la India, que logró con la victoria en la batalla de
Plassey en 1757, lo que le permitió tomar el control de Bengala. Durante
algo más de dos siglos, Gran Bretaña aplicó una política económica
proteccionista pura y dura; luego, una vez convertida en la potencia
económica dominante durante el curso del siglo XIX, impuso una política
imperialista libre-cambista. Por ejemplo, impuso a golpes de cañón a
China, la «libertad del comercio» a fin de forzar a los chinos a comprar
el opio indio y permitir a los británicos adquirir, con el producto de
la venta del opio, té chino para revenderlo en el mercado europeo.
En
el resto del mundo, Inglaterra extiendió sus conquistas en Asia
(Birmania, Malasia), en Australasia (Australia, Nueva Zelanda…), en el
norte de África (Egipto), en Oriente Próximo…
En cuanto al África subsahariana, hasta el siglo XIX el comercio de esclavos fue su único gran ámbito de interés. Luego —pero tarde— se lanzó a su conquista.
Goa: un enclave portugués en la India
En
la India, como en otros lugares de Asia, los portugueses se anticiparon
a los ingleses, y fueron conquistando pequeñas porciones del territorio
indio, donde establecían emporios y aplicaban el terrorismo religioso.
Fue así cómo en Goa implantaron en 1560 el tribunal de la Inquisición,
que se mantendría hasta 1812. En 1567, todas las ceremonias hinduistas
fueron prohibidas. En un poco más de dos siglos, 16.000 casos fueron
juzgados en Goa por el tribunal de la Inquisición y millares de hindúes
perecieron quemados vivos en la hoguera.
La conquista de Las Indias por los británicos
Los
británicos, en el curso de la conquista de la India, expulsaron a los
competidores europeos, holandeses y franceses. Estos últimos estaban
dispuestos a imponerse pero no tuvieron éxito. Su derrota a mediados del
siglo XVIII en la guerra de los 7 años, en la que se enfrentaron a los
británicos, se debió principalmente a la insuficiencia del apoyo
proporcionado por el Estado francés. [17]
Para
hacerse con el control de la India, los ingleses buscaron
sistemáticamente aliados entre las clases dominantes y los señores
locales. No dudaron, cuando les parecía necesario, en utilizar la
fuerza, como después de la batalla de Plassey en 1757, o como en la
violenta represión de la revuelta de los Cipayos en 1859. Pusieron a su
servicio las estructuras locales de poder y, la mayor parte del tiempo,
dejaron en sus puestos a los señores, permitiéndoles continuar llevando
una vida ostentosa mientras les imponían las reglas del juego (no
disponían de ningún poder real frente a los británicos).
La
división de la sociedad en castas fue mantenida y hasta reforzada, lo
que sigue constituyendo un peso terrible sobre la sociedad hindú. En
efecto, se suma a la división de la sociedad en clases y a la dominación
del género masculino sobre las mujeres una división en castas basada en
el nacimiento. Por medio de la recaudación de impuestos y el comercio
desigual con Gran Bretaña, el pueblo indio ha contribuido al
enriquecimiento de la metrópoli así como al de las clases ricas
(comerciantes, industriales, personal político). Pero los británicos no
fueron los únicos que se enriquecieron: los banqueros, los comerciantes,
los patrones de las manufacturas indias han acumulado igualmente
fortunas colosales. Fue gracias a eso que la Compañía de las Indias
Orientales (EIC) y el Estado Británico pudieron mantener por tan largo
tiempo una dominación que suscitaba un sentimiento de rechazo tan grande
en el pueblo
El ejemplo de la industria algodonera
Los
textiles de algodón producidos en la India eran de una calidad
inigualable a nivel mundial. Los británicos intentaron copiar sus
técnicas de producción y de elaborar en su isla tejidos de algodón de
calidad comparable, pero durante largo tiempo los tejidos resultantes
fueron de calidad mediocre. Bajo la presión de los propietarios de los
telares británicos, el gobierno de Londres prohibió la exportación de
los tejidos de algodón indios con destino a los territorios integrantes
del Imperio Británico. Londres también prohibió a la Compañía de las
Indias Orientales comerciar los textiles indios de algodón fuera del
Imperio. Así, Gran Bretaña trató de cerrar todas las salidas posibles
para los textiles indios. Fue sólo gracias a tales medidas que la
industria británica del algodón pudo llegar a ser verdaderamente
rentable.
En
la actualidad, los británicos y los representantes de las otras
potencias más industrializadas aplican sistemáticamente, en el marco de
la Organización Mundial del Comercio,
los acuerdos comerciales relativos al derecho de propiedad intelectual
para frenar el desarrollo de países como la India. Sin embargo, hace
poco menos de tres siglos no dudaron en copiar los métodos de producción
y el diseño de los indios, principalmente en el campo de la industria
textil.
Por
otra parte, para aumentar sus beneficios y llegar a ser más
competitivos que la industria algodonera hindú, los patrones británicos
de las empresas algodoneras fueron llevados a introducir nuevas técnicas
de producción: utilización de la máquina de vapor y de nuevos telares
para hilar y para tejer. Recurriendo a la fuerza, los británicos
transformaron la India de manera fundamental. Cuando, hasta fines del
siglo XVIII, la economía de la India era exportadora de productos
manufacturados de alta calidad y autosatisfacía ampliamente la demanda
de su mercado interior, fue invadida en los siglos XIX y XX por
productos manufacturados europeos, británicos en particular. Gran
Bretaña prohibió a la India exportar sus productos manufacturados, en
cambio, la forzó a exportar en forma creciente opio a China en el siglo
XIX (así como le impuso militarmente a China comprar opio de la India) e
inundó el mercado indio de productos manufacturados británicos. En
resumen, produjo el subdesarrollo de la India.
En
la segunda parte de este artículo serán especialmente abordadas las
hambrunas coloniales, el comercio triangular, la intervención del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de la Organización Mundial del Comercio, los entresijos del milagro actual de la India y algunas pistas alternativas.
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