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quarta-feira, 30 de janeiro de 2019

Le livre noir de l'anticommunisme

#Acte11 #GiletsJaunes : l’appel à la grève générale et la convergence avec les syndicats de luttes CGT, FSU et SUD.

L’ de la mobilisation des se prépare, et ce sera dans bien des endroits un moment de convergence avec les syndicats de luttes, un moment de préparation de la à quelque jours de la journée nationale de grève le 5 février dans toute la France et dans tous les secteurs à l’appel de la .

Les gilets jaunes appellent à la grève générale

Immédiatement après que la CGT a appelé à la grève générale le 5 février, les gilets jaunes ont fait chorus, appelant à participer à cette grève et à prolonger le mouvement par une grève générale illimitée.
Avec notamment un appel de la principale figure du mouvement, Eric Drouet dès le 22 janvier, mais également par des appels tels que celui des gilets jaunes du Havre

La convergence avec les syndicats de luttes : l’exemple de la Seine Maritime et des Bouches du Rhône et du Tarn / Aveyron

L’acte 10 au Havre a été marqué par une manifestation commune gilets jaunes et gilets rouges de la CGT

Une manifestation très réussie, proclamant le tous ensemble de la classe des travailleurs.
Une initiative évidemment totalement censurée par la presse du pouvoir, mais qui est révélatrice de la convergence des luttes qui se produit partout en France. Tournant le dos à ceux de ces états-majors confédéraux qui préfèrent à l’image de Berger à la CFDT rouler pour les patrons avec Macron que de se trouver au coté des gilets jaunes pour défendre les travailleurs.
Une initiative qui n’est pas isolée. En témoigne l’appel à manifester tous ensemble, en même temps et au même endroit lancé par les gilets jaunes et l’intersyndicale CGT FSU SUD des Bouches du Rhône, qui pour l’acte 11 des gilets jaunes se trouveront dans une manifestation commune au départ à 14 h du Vieux Port.
Dans le Tarn et l’Aveyron c’est un appel commun FSU CGT SUD et Gilets Jaunes qui appelle à la manifestation ce samedi.

segunda-feira, 28 de janeiro de 2019

Contra estes factos não há argumentos (há falsificações). São artigos factuais como este que todo o cidadão de esquerda (que diz que é) devia ler, mas, ao que parece, não lê.

Os golpes de Estado e os apoios infames!

Cómo se fabrica un golpe de Estado
LIDIA FALCÓN O’NEILL es licenciada en Derecho, en Arte Dramático y Periodismo y Doctora en Filosofía. Nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Wooster, Ohio. Es fundadora de las revistas Vindicación Feminista, y Poder y Libertad, que actualmente dirige.
Creadora del Partido Feminista de España y de la Confederación de Organizaciones Feministas del Estado Español. Ha participado en el Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer de Bruselas, en el congreso Sisterhood Is Global de Nueva York, en todas las Ferias Internacionales del Libro Feminista y en los Foros Internacionales de la Mujer de Nairobi y de Beijín.
Es colaboradora de numerosos periódicos y revistas de España y de Estados Unidos. Ha publicado 42 libros. En el terreno del ensayo destacan: Mujer y SociedadLa Razón FeministaViolencia contra la mujerMujer y Poder Político y Los Nuevos Mitos del Feminismoque han sido traducidas a varios idiomas.
Así mismo, tiene una extensa obra narrativa Cartas a una idiota españolaEs largo esperar calladoLos hijos de los vencidosEn el InfiernoEl juego de la pielRupturasCamino sin retornoPostmodernosClaraAsesinando el PasadoMemorias PolíticasAl Fin estaba SolaUna Mujer de nuestro TiempoEjecución Sumaria y el libro de poesías Mirar Ardiente y Desgarrado.
Se dice que en la guerra la primera víctima es la verdad, y en la guerra del imperio norteamericano y la derecha mundial contra el gobierno bolivariano de Venezuela la verdad ha sido asesinada alevosamente en la propaganda de todos los medios de comunicación fascistas y reaccionarios.
Estoy viendo en la televisión las manifestaciones de miles de personas contra Maduro y a favor del autoproclamado presidente Guaidó, mientras éste organiza una rueda prensa a decenas de medios de comunicación internacionales en plena calle. Y los voceros de la derecha, incluyendo a algunos izquierdistas reconvertidos, no paran de calificar a Venezuela de dictadura. Como cada vez debemos ser menos los supervivientes de la dictadura franquista casi nadie da testimonio de lo que es una dictadura. En Venezuela se han convocado elecciones periódicamente durante veinte años y a ellas se han presentado todas las formaciones políticas que han querido; los medios de comunicación de la oposición difunden todas las críticas al gobierno que les parecen, incluyendo un montón de falsedades como pude comprobar personalmente en mis viajes a Venezuela; a nadie se denuncia ni se detiene por crear un partido político contrario al gobierno o por organizar un acto público, en la calle o en un local para criticar el régimen. Y se sigue diciendo desde este altavoz occidental que Venezuela es una dictadura.
 Se han producido tres golpes de Estado contra el gobierno bolviariano desde que Hugo Chávez ganó las elecciones en 1998. Desde 2002, en Venezuela, cuando se organizó el primer golpe de Estado contra el comandante Hugo Chávez el gobierno bolivariano ha sido víctima de toda clase de conspiraciones para derrocarle. Y a partir de la elección de Maduro la oposición montó las guarimbas, grupos de matones y asesinos que se dedicaron a asaltar y asesinar a los manifestantes chavistas,  atentados que también ocasionaron víctimas entre la población civil. EEU le ha impuesto el boicot económico incluyendo al petróleo, en la misma forma que lo hace con Cuba, lo que está conduciendo al país a la escasez de alimentos y medicinas,
Los golpes de Estado organizados por EEUU en América Latina han tenido diferentes génesis. Desde los que se impusieron rápidamente por la invasión militar del país: República Dominicana la primera vez en 1916-1924, la segunda en 1965, en los que el Cuerpo de Marines entró en la isla y cambió los gobiernos que en aquel momento actuaban en el país.
El golpe de estado que estremeció a Guatemala en 1954 fue el resultado de la operación encubierta llamada PBSUCCESS (Criptónimo CIA). Esta fue organizada por la CIA para derrocar a  J. Arbenz Guzmán, el  Presidente de Guatemala democráticamente electo, por oponerse a los intereses de la United Fruit Company y por permitir que los miembros del minoritario partido comunista de Guatemala —Partido Guatemalteco del Trabajo— influyeran en las decisiones más importantes de su gobierno.
Nicaragua, Granada, Panamá, Cuba, sufrieron invasiones directas y ocupación del país por el ejército de EEUU, para cambiar gobiernos y regímenes. Salvador Allende, presidente democráticamente elegido en Chile por su pueblo fue asesinado el 11 de septiembre de 1973 por el golpe de Estado del general Pinochet, financiado y organizado por Kissinger, Secretario de Estado de EEUU.
 El 28 de junio de 2009 el presidente de Honduras, Manuel Zelaya fue secuestrado en su casa por el Ejército de su país, en medio de la noche y enviado, en pijama, en un avión a Costa Rica, en unaoperación organizada y financiada por EEUPretendía cambiar la Constitución de su país mediante un referéndum popular.
Otros se han concebido mediante la presión económica y mediática, u organizando una oposición armada en el interior o en las fronteras del país, como sucedió en Nicaragua. La intervención del Departamento de Estado de EEU y la CIA en los países latinoamericanos, desde la guerra de Cuba en 1898, es una constante en la historia de ambos continentes. El gobierno de Norteamerica no quiere consentir que en su “patio trasero” se puedan crear regímenes socialistas.
Y menos en Venezuela, que posee las reservas de petróleo más importantes del mundo, y coltán, hierro, diamantes.
El personaje que acaba de ser nombrado nuevo enviado de EE.UU. para Venezuela como representante especial del Gobierno de Trump, con el fin de encabezar la “restauración de la democracia” en Venezuela, es Elliott Abrams, el que fue arquitecto del golpe contra Chávez en 2002. Se espera que Abrams coordine todos los esfuerzos diplomáticos de EE.UU. para reemplazar al presidente Nicolás Maduro con el autoproclamado presidente Juan Guaidar, que ha sido reconocido por Trump media hora después de su autoproclamación.
El tal Elliot Abrams, fue secretario de Estado adjunto de derechos humanos de la Administración Reagan en la década de 1980. Abrams apoyó a los dictadores respaldados por Estados Unidos en Guatemala, El Salvador y Honduras. También participó en el escándalo Irán-Contra: altos funcionarios del Gobierno de Reagan, a pesar de la prohibición del Senado, autorizaron la venta de armas al Gobierno iraní durante la guerra de Irán-Irak. Luego usaron los ingresos de estas ventas para financiar el movimiento armado Contra nicaragüense, creado por EE.UU. para atacar al Gobierno sandinista.
Abrams finalmente fue declarado culpable de mentir al Congreso sobre el caso Irán-Contra, pero fue indultado de inmediato por el presidente George H.W. Bush. En la década de 1990  se convirtió en miembro fundador del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, un grupo de expertos neoconservadores con ideas belicistas. En 2001, volvió al Gobierno estadounidense y fue nombrado director del Consejo de Seguridad Nacional del presidente George W. Bush. Abrams ejercía una fundamental influencia en la política de EE.UU. en Medio Oriente en ese momento, y fue uno de los arquitectos de la guerra de Irak de 2003. Además, jugó un papel clave en el intento de golpe de Estado de 2002 en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez, dañando la relación entre Washington y Caracas después de que el complot finalmente fracasara.
Esta y no otra es la radiografía del papel que el Departamento de Estado de EEUU está jugando en Venezuela contra los gobiernos bolivarianos, desde 1998. Nada tiene que ver en los planes del gobierno norteamericano la defensa de los derechos humanos, la implantación de la libertad y la lucha contra la pobreza, y otros falsos argumentos que tanto Trump como sus aliados de derecha en América y Europa están esgrimiendo. Entre otros, los ilustres líderes del PP y Ciudadanos, que nada dicen de los gobiernos tiránicos de Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos árabes, del genocidio palestino por parte de Israel, de las masacres continuadas en Irak, Afganistán, Libia, Siria, de la guerra de Yemen.
Cómo se fabrican las condiciones para justificar el golpe de Estado en Venezuela. Desde el fracaso del golpe de 2002, EEUU y sus aliados, y ante las evidentes dificultades para proceder a una invasión militar, han decidido bloquear la economía del país. La primera medida fue bajar repentinamente el precio del petróleo con lo que perjudicaban además a Irán y a Rusia. Se procedió a boicotear la producción y la importación de los productos de primera necesidad. Teniendo en cuenta la permisividad del gobierno bolivariano con sus enemigos, los cinco grandes sectores de producción fundamentales para la supervivencia del país permanecen en manos privadas sin que hayan sido incautados y socializados, entre las que se encuentran las grandes corporaciones norteamericanas.
La comida que produce, importa, procesa y distribuye la empresa venezolana La Polar, manteniendo el monopolio que ha tenido siempre, le permite esconder y retirar del mercado los suministros alimenticios, provocando carestía y malestar en la población. La ropa, el calzado, los tejidos, que se fabrican o importan por varias multinacionales, son objeto también de secuestro por parte de esas corporaciones. Los productos farmacéuticos, los cosméticos,  de higiene y de limpieza. La telefonía fija y móvil. Y el petróleo, que a pesar de haber sido nacionalizado solamente se puede comercializar cuando se ha extraído, refinado y transportado. Operaciones todas en manos de las compañías estadounidenses.
Dependiente, por tanto, el gobierno venezolano del suministro y reparto de los productos de primera subsistencia por parte de las compañías privadas, el sabotaje continuo y la ocultación de insumos han causado la pobreza y el malestar de la población venezolana, de la misma forma que en el gobierno de Allende se secuestraron los alimentos, se incautó el cobre y se movilizó a ciertos sectores, como los transportistas, contra su gobierno, antes de proceder al golpe militar y asesinarlo.
Al mismo tiempo, se hace una campaña continuada contra el gobierno de Maduro en todos los medios de comunicación de la oposición, prensa escrita y digital, televisión, radio, que aquel nunca  ha impedido, a pesar de lo que transmiten las informaciones de la derecha.
La CIA ha organizado una guerra de baja intensidad en la frontera con Colombia con guerrilleros sin ocupación, narcotraficantes y evasores de divisas, que ha llevado al gobierno a desplazar a muchas fuerzas armadas a los miles de kilómetros de la frontera con el país vecino, provocando el disgusto de las poblaciones, de la misma manera que organizó una guerra en la frontera  entre Honduras y Nicaragua que arruinó al gobierno sandinista.
Este es un somero e incompleto repaso del papel del Departamento de Estado y de la CIA estadounidenses en el golpe de Estado que se está perpetrando en Venezuela. Por ello resulta más infame el apoyo que varios países europeos están prestando al usurpador Guaidó, y el ultimátum dado por Pedro Sánchez, absolutamente ridículo en términos de imponerse sobre la soberanía de otro país y que solo beneficia a la derecha de nuestro país y a la imposición imperialista. 
Madrid, 27 de enero 2019.     
Este artigo encontra-se em: anónimo séc. xxi http://bit.ly/2RRgyxS

quinta-feira, 24 de janeiro de 2019

Ditames sobre o neonazi-fascismo


Ditames sobre o neonazi-fascismo
Havia uma ética sem fronteiras
Supôs-se, não sem alguma ingenuidade, que após a Segunda Guerra Mundial se criaria, contra o nazi-fascismo, um consenso mundial tão poderoso que não seria necessário desenvolver a vigilância contra qualquer possível recrudescimento. Mas erramos de base e por subjetivismos diversos. O nazi-fascismo não se derrota apenas com “boa vontade”. Nem só com discursos, nem qualquer truísmo aparente.
O campo de batalha contra o nazi-fascismo, compreende um espectro muito amplo de terrenos objetivos e subjetivos de onde nos assedia brutalmente, desde o assassinato inclemente e incluso, o genocídio… até todas as formas de ódio de classe e de “raça”; todas as formas de racismo e as intolerâncias… e todas as “supremacias”. Incluso, a “supremacia” do poder aquisitivo, da banalidade cosmética do consumismo e das verdades absolutas do sabe-tudo individualista e compulsivo.
O nazi-fascismo aprendeu a disfarçar-se de “legalidade” e “normalidade” para disfarçar no “senso comum” cotidiano, na tradição e dos costumes. Alimenta-se de todas as tradições autoritárias e de uma rede de complexos, inibições e repressões psicológicas ancestrais que atualiza – e aprofunda – segundo as conjeturas históricas. Assim, aparece-nos tanto sob a forma de modelos burocráticos de governo, como sob a forma de costumes “populares” ou tradições morais familiares. Abrange faixas de idade, sexo e de género, bem como domínios variados no campo da estética e dos lazeres.
Não fica a salvo nem a arte, nem a ciência, nem a política nem a filosofia.
Mergulhado na sua própria história, o nazi-fascismo é uma forma histérica de individualismo, atualizada pela ideologia burguesa como princípio de superioridade de classe. No nazi-fascismo, aglomeram-se todas as formas anteriores do “delírio de grandeza” e o poder expressado como petulância de iluminados ou abençoados. É um aparato de guerra ideológica para convencer a classe oprimida da sua inferioridade essencial e a sua determinação fatal ao plano da subordinação.
Tal aparelho de guerra não se contenta com reprimir salários, corpos, nem consciências. Quer convencer, quer o domínio absoluto da vontade através de princípios de auto negação e autoanulação, isto é, que o povo oprimido saiba e se resigne que é inferior em tudo e para tudo, que não tem direitos e que deve agradecer aquilo que se lhes dá: quer sejam salários miseráveis, vida miserável, educação e cultura miseráveis e a filosofia de um destino de miséria, que nem antes, nem agora nem amanhã admite alterações. Além disso, tal totalitarismo burguês da miséria deve ser produtivo, deve dar lucros e deve ser hereditário. É esse o plano da classe dominante… essa é a ideologia da classe dominante. E, nem poucas vezes, os oprimidos pensam que é a sua.
O nazi-fascismo como aparato ideológico, assumiu, a partir do século XX, formas dinamizadas pelas guerras económicas, causa de genocídios em todo o mundo. A mercadoria, na sua forma burguesa, instalou dispositivos ideológicos persuasivos (eles chamam-lhes “desenho”, “publicidade”, sedução”) empenhados em converter o poder de consumo em expressão de superioridade disfarçada de “bem-estar” e “progresso” burguês. Para eles não basta adquirir e vender objetos, é preciso comprar neles essa subjetividade que dá ao comprador a ilusão de “promoção social” cuja verdade é determinada segundo o custo e a mercadoria, o volume do consumo e da propaganda solidária do comprador transformada em promotora da ideologia que o oprime.
Tudo isto embrulhado em cores, melodias, prazeres e paixões de “provado êxito” no mercado. Não importa o dispêndio nem quanto há que mentir ou defraudar. A ideologia da classe dominante e o nazi-fascismo, como um de seus produtos preferidos, goza de absoluta impudência e impunidade. Em todas as coisas que não se podem adquirir há uma lição de superioridade e inferioridade que também está presente no que se pode adquirir. Quem concentre propriedade, sente-se superior. É um “senso comum” que habita a alma do capitalismo e no qual a mercadoria opera como transmissora de dispositivos ideológicos desenhados para garantir a sobrevivência do sistema que o produz.
Uma boa parte dos focos depressivos crónicos nas sociedades contemporâneas é a acumulação de frustrações e impotências determinadas pelo sistema de consumo burguês e suas formas de exclusão ou marginalização dos impossibilitados de comprar. É uma guerra de extermínio psicológico implantada minuto a minuto. A superioridade burguesa permite-se praticar todas as formas de desprezo (liminar e subliminar) contra a classe trabalhadora, em todos os locais onde atua e pensa. Uma classe subordinada nos salários e nos valores, é o sonho da exploração total onde o escravo colaborativo nunca protestará porque aprendeu que só os opressores sabem como “conduzir” o mundo e como “ordenar” as vidas de todos. E se, para isso, for necessário mobilizar criminosos, fraudes políticas, espancamentos e assassinatos que salvaguardem a burguesia e o seu sistema de opressão, não haverá limite para os gastos nem valor humano que os detenha. Esse é o nosso desafio.
Os povos têm que derrotar o nazi-fascismo aniquilando-o. Se alguém pensou que foi um pesadelo, hoje já extinto, engana-se. Está mais vivo que nunca porque o capitalismo o incubou e não deixou de o cultivar. Mas não se derrota nem aniquila só com “enunciados”, é necessária a organização das bases operárias-camponesas e indígenas capazes de incorporar na sua agenda de classe uma determinação de teoria e prática, em combate permanente, com ação direta sobre todos os focos objetivos e subjetivos do nazi-fascismo próximos e distantes. Não importa se tais proximidades nos parecem distantes ou as distâncias parecem próximas como resultado das manipulações ideológicas da classe opressora. O mais próximo é a comunidade organizada para a sua emancipação, ainda que a pintem muito distante e o que é aparentemente distante está na nossa cabeça como “possível” sem que se note. Assim, na Guerra Simbólica como na Guerra Económica, há que sair vitoriosos. E essa será a nossa vida.
Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Director del Instituto de Cultura y Comunicación
y Centro Sean MacBride
Universidad Nacional de Lanús
Trad. de CS
Este artigo encontra-se em: as palavras são armas http://bit.ly/2FWuUWS

quarta-feira, 23 de janeiro de 2019

Entrevista com Alain Badiou

Por Julian Le Gros, via The Dissident, traduzido por Daniel Alves Teixeira
Já faz anos, Alain Badiou é considerado um filósofo dissidente. Se a sua constante referência à Revolução Cultural Chinesa, perfeitamente assumida em “Petrogrado, Xangai, as duas revoluções do século XX”, publicado em Agosto de 2018 pela La Fabrique, faz algumas pessoas se remoerem, ele não se importa. E, com certeza, as células cinzentas do pensador se turbinam mais do que nunca, como evidenciado por esta entrevista com The Dissident.

The Dissident: Sua última obra “As Imanências das Verdades” (Fayard, 2018) é uma saga filosófica de incrível densidade! 
Alain Badiou: Ele termina um ciclo que começou no início dos anos 80. O primeiro livro, “Teoria do Sujeito”, foi publicado em 1982. Ele ainda está misturado à política daquela época, mas ainda assim é uma nova curva filosófica. Em seguida, houve essa trilogia: “O Ser e o Evento” (1988), “Lógica dos mundos” (2006) e, finalmente, “A imanência das verdades”, que completa uma sequência de cerca de quarenta anos.
Há interlúdios teatrais, referências a Spinoza e Platão, teorias matemáticas, dos números inteiros … Podemos falar então de um trabalho multidisciplinar? 
Eu talvez não usaria essa palavra. A filosofia sempre se misturou com tudo. Desde o início, ela falou sobre teatro, política, ciência … É preciso distinguir minhas diferentes atividades – eu sou um ativista político, um escritor de romance e de teatro – da maneira pela qual a filosofia se serve desse conjunto. Ela o considera como seu material de reflexão natural. Eu sou polivalente e eu procuro reunir essas disciplinas no campo da filosofia.
Quem é esse “filósofo de Ahmed”, uma espécie de Scapin suburbano que aparece em sua trilogia? Encontramos sua gênese em 1984 sob o título de Ahmed, o sutil.
Eu fiz meu seminário de filosofia no Théâtre de la Commune em Aubervilliers. Como eu queria, por razões filosóficas, me referir ao teatro, ele tinha que estar presente, e não apenas através de citações. Trabalhando em um palco, trouxe meu amigo o diretor e ator Didier Galas, que desempenhou o papel de Ahmed. Ele interpretou mini-peças. Em filosofia, somos levados a dar muitos exemplos tirados da vida cotidiana, da história ou da arte. Isso me permitiu incorporar esse exemplo, mostrando-o em vez de citá-lo.
Neste livro, o capítulo “Um processo poético da finitude moderna” analisa René Char, em particular o poema “A biblioteca está em chamas”. Como o trabalho dele te inspira?
Uma das grandezas de René Char é de ter conseguido “poetizar” seu próprio engajamento. Ele é um dos grandes poetas da Resistência. Ele era um quadro da resistência armada durante a Segunda Guerra Mundial, sob o pseudônimo de “Capitão Alexander”. Vindo do surrealismo, ele soube fazer poesia disso. Ele sempre me impressionou pela força com a qual ele traduziu em linguagem poética alguns elementos de sua experiência histórica e militante. É por isso que ele é importante para mim. O teatro e a poesia não são diretamente controlados pela filosofia. Eles me acompanham de forma anárquica e existencial desde a minha juventude.
Shlomo Sand escreveu “O fim do intelectual francês” (La Découverte, 2016) sobre um certo enfraquecimento do pensamento francês. Você que é o filósofo francês mais lido do mundo, o que você acha disso?
O julgamento feito da filosofia francesa no último período é, na realidade, de caráter mais político do que intelectual. Um pouco antes, mas especialmente no período pós-guerra, o intelectual francês foi representado como “engajado”. É uma figura que foi inventada na França. Este país tem sido um caldeirão de escritores políticos radicais. Em Sartre, no lado comunista, mas também antes da guerra pelo lado da extrema direita: Robert Brasillach, Louis-Ferdinand Céline … A partir dos anos 80, uma boa parte dos filósofos franceses se reuniu ao campo reacionário e conservador. Quando os estrangeiros dizem que há um rebaixamento da intelectualidade francesa, eu lhes dou razão. Eles não precisavam daquilo que os “novos filósofos” representavam – que não eram realmente nem novos nem filósofos. Outros países já possuem conservadores domésticos. Não lhes interessa ter nossos neoliberais. Felizmente, ainda existem exceções. Eu me dou este título!
Você também tem “seguidores”, como Alberto Toscano.
Sempre foi o status do filósofo engajado. Eu mesmo fui da corte dos discípulos de Sartre. É alguém que fala com todos e deixa um caminho. Este já era o caso de Sócrates. Discípulo é uma noção filosófica um pouco inquietante, porque muitos deles são futuros traidores.
Como você teve essa divisão com Sartre?
Eu nunca realmente rompi com Sartre. Nos últimos textos que escrevi sobre ele, na época de sua morte, em 1980, e depois disto, eu sempre reconheci sua grandeza. Eu me separei dele filosoficamente bem cedo, desde o final dos anos 50, quando conheci o estruturalismo, as novas obras de Michel Foucault, Louis Althusser, Gilles Deleuze, Jacques Lacan … eu não pude mais atuar na fenomenologia ou no existencialismo. Além disso, como Sartre continuava fiel a seus compromissos políticos, permaneci perto dele desse ponto de vista. Eu não tive que criticá-lo violentamente. Foi uma distância que foi feita lentamente. Isso me levou aos meus escritos, que, sem dúvida, estão em pólos opostos aqueles de Sartre.
Você data seus primeiros gracejos políticos ao contexto da guerra da Argélia.
Todas as pessoas da minha geração iniciaram o seu compromisso político tomando posições sobre conflitos coloniais. A guerra da Argélia, primeiro, e a do Vietnã, em seguida, desempenharam um papel decisivo na mobilização de uma série de jovens intelectuais. Precisamente sobre a questão da guerra argelina, eu era um “vizinho” de Sartre. Ele se envolveu de uma maneira muito radical. Esta situação foi extremamente brutal. Hoje podemos encontrar outros exemplos no mundo. Mas neste caso precisamente, estava muito perto de nós. Não vamos esquecer que um milhão de jovens franceses tiveram que lutar na Argélia. Ocorreram atentados muito violentos. Tortura foi usada. Aos 19 anos, participei das primeiras manifestações contra a guerra argelina, que estavam longe de serem calmas. Apanhávamos fortemente dos cassetetes. Sobretudo porque na época não estávamos bem organizados. Ainda não sabíamos que era necessário ter uma cabeça processional sólida. Nós íamos um pouco como ovelhas para o matadouro. Isso também tem foi uma experiência da violência da qual o mundo é capaz quando há interesses consideráveis em jogo. Isso forjou minha convicção de que qualquer posição política real carrega uma parcela de antagonismo. É preciso aceitar, mesmo que não seja uma obrigação, de estar em ruptura com o mundo dominante. Eu não considero como verdadeiros filósofos aqueles que estão na lisonja da ordem vigente.
Segundo você, o racismo e o colonialismo dessa época ainda estão ancorados nas mentalidades.
Toda a minha experiência mostra isso! Quando vemos a rapidez com que os estereótipos anti-árabes, anti-muçulmanos e anti-estrangeiros podem emergir, há uma impregnação colonial que é ao mesmo tempo distante e muito forte. Até agora está no inconsciente coletivo. Isso toma a forma de uma certeza, incrível para mim, de que nosso mundo é superior a todos os outros. É óbvio que o Ocidente, e isso quer dizer os últimos poderes expansionistas, se considera – e é considerado pela maioria de sua população – a panaceia da civilização moderna. Na realidade, é uma construção imperialista, desigualitária, criadora de disparidades irreparáveis. Há uma violência cega em igualar ao suprassumo da civilização algo que, em alguns aspectos, é monstruoso. 
Em 2005, para denunciar o destino das “minorias” na França, você escreveu uma tribuna no Le Monde. Isso foi em seguida a custódia do seu filho adotivo de origem congolesa.
As estatísticas oficiais estão aí. Se você é negro ou árabe, tem vinte vezes mais chances de ser parado na rua do que se você é branco. Há uma segregação de fato em nossa sociedade entre “cidadãos respeitáveis” e aqueles que não são. Ser identificado como tendo feições estrangeiras controla essa disparidade. Isso irriga toda a nossa sociedade de uma forma intolerável.
Durante a emissão de Le Gros Journal de Mouloud Achour, você se encontrou com Assa Traoré. Com o comitê Adama, ela denuncia a violência policial, após a morte de seu irmão em uma delegacia de Persan-Beaumont em 2016. É possível uma junção entre os bairros populares e as classes privilegiadas das quais você faz parte?
Eu acho que é perfeitamente possível. É uma questão de vontade. Trabalhei durante anos em fraternidade com trabalhadores africanos que viviam em lares Adoma, com suas próprias regras … e sua miséria. Eu não tive nenhuma dificuldade com essa população, que, muitas vezes, me conhece um pouco por causa da televisão. Em minhas lutas políticas, as pessoas com as quais confraternizo pertencem à facção intelectual da juventude mobilizada por essas questões ou a esse próprio segmento desprivilegiado. É deste lado que tenho amigos e companheiros de ação. Meus inimigos, aqueles que me injuriam permanentemente, são pessoas bastante bem estabelecidas, com suas vitrines na rua.
Em seu livro “On a Reason de se révolter” (Temos razão em se revoltar) (Fayard, 2018), você descreve como, em maio de 1968, teve uma experiência fundadora, conhecendo os trabalhadores da fábrica de Chausson em Reims, a cidade em que dava aula naquela época..
No nível sensível, esta é minha principal experiência de maio de 1968. A partir daí, percebi que dois mundos – que eu me representava como separados – poderiam ir além desse paradigma. Embora sendo marxista e reconhecendo a importância do mundo do trabalho, isso era algo muito distante do professor de filosofia que eu era então, em Reims. Em 1968, percebi que os professores podiam, como nós o fizemos, marchar pela fábrica de Chausson. Pouco a pouco, nós nos fizemos ser aceitos. Os trabalhadores mais jovens vieram conversar conosco. Depois, houve reuniões emocionantes na cidade entre intelectuais, estudantes e trabalhadores. Com o apoio de ativistas e estudantes. Um fundo de solidariedade na fábrica foi criado. A barreira de classe não é tal que não se possa construir um projeto político e fraterno. Foi um momento decisivo da minha existência. Eu permaneci fiel ao que aconteceu durante essa sequência.
Mais tarde, você lecionou na Universidade Paris-Vincennes , que era uma vanguarda em termos de ideias.
Foi uma universidade muito particular, um campo de experimentação desde os primeiros anos, em 1969-1971, até os anos 80. Todos os grupos políticos tinham seus representantes. Os cursos em si foram transformados em reuniões. Nós ocupamos a faculdade por um sim ou por um não. Houve brigas com a polícia. Nós fomos às delegações nas fábricas. Nós íamos conversar com os professores das escolas suburbanas. Ela foi, por um tempo, um caldeirão militante. Em algum momento, houve uma recuperação e uma “estabilização”. A experiência intelectual foi extraordinária porque Gilles Deleuze, Michel Serres, François Châtelet, Michel Foucault … ensinaram lá. Era do lado da universidade o que eu vivi na fábrica em Reims. Existe uma circulação entre os dois.
Quando vemos o Parcoursup e o desmantelamento de uma certa ideia da universidade aberta a todos, deveríamos nos basear nesse tipo de proposta?
Seria muito bom se referir a isso. Mas a situação infelizmente não é mais a mesma. Hoje, esse tipo de prática é cada vez mais difícil de implementar. Dois fatores operaram, fazendo com que, a partir da década de 1980, houvesse uma seqüência longa, incrivelmente reativa e contra-revolucionária, que mudou a situação. Primeiro, há um caráter ideológico: depois da contraofensiva personificada pelos novos filósofos e liberais de todos os tipos, esse pensamento reacionário tornou-se hegemônico em larga escala. Depois, existe uma desindustrialização implacável da França. Deve ser lembrado que todas essas fábricas em que eu intervi junto com os trabalhadores não estão mais lá hoje: Chausson em Reims e Gennevilliers, Rhône-Poulenc em Vitry-sur-Seine, Renault em Boulogne-Billancourt … Ali existia uma verdadeira central de trabalhadores. Por anos, tenho trabalhado com essas pessoas de muito perto. Não houve ali um recuo político. Mas esses lugares desapareceram, pura e simplesmente. Este tecido industrial periférico das grandes cidades foi destruído. E, finalmente, o país não é mais o mesmo. O “panorama político possível” mudou. Atualmente, a questão dominante é a das relações com os principais movimentos populacionais. Um proletariado nômade se desenvolveu vindo da África, do Oriente Médio ou da Ásia. É com estes últimos que se deve tentar renovar os vínculos políticos.
Diante do problema dos refugiados, a esquerda está profundamente dividida entre o internacionalismo do tipo da NPA e o protecionismo defendido por Chantal Mouffe ou pela França insubordinada. Qual é a sua posição?
Hoje, é impossível pensar em qualquer problema político importante senão em escala global. As consequências a serem tiradas do ponto de vista organizacional são outro debate … Se não localizarmos o cursor neste nível, não entenderemos a situação. Não é totalmente falso dizer que não há mais trabalhadores na França. Por outro lado, em nível global, nunca houve tantos trabalhadores no mundo que agora. Simplesmente, eles estão todos na China, Bangladesh, Camboja, Brasil ou Romênia. Há uma má interpretação séria da situação político-social, no sentido amplo, vendo-a apenas através do buraco de fechadura da França. Há quarenta anos, neste país, havia um tecido social completo, com camponeses e trabalhadores em grandes fábricas. Os movimentos do capitalismo globalizado nos obrigam a pensar como ele. Se você não estiver na mesma escala que o seu oponente, você irá cair! O proletariado de hoje é um vasto proletariado nômade tratado do ponto de vista da imigração ou dos migrantes. Na realidade, o que está em jogo são as relações de classe em escala planetária. Isto implica, pelo menos, priorizar as relações internacionais e ter uma posição sobre esse proletariado nômade que atravessa o nosso país ou quer se estabelecer aqui. Eu amo as perguntas que dividem! Aqueles que alcançam consenso raramente são as certas. É a principal questão política que divide, de maneira confusa. As posições à esquerda não estão claras. Afinal, o que poderia ser uma organização do proletariado nômade? Estamos longe de ter resolvido esse problema. Mas é preciso colocá-lo. O cenário estratégico da política é global. Nisso, o capitalismo tem uma boa vantagem porque está instalado confortavelmente neste cenário.
Há uma imagem romântica de que maio de 68 que seria apenas “uma revolução da moral”. No entanto, o fato de Emmanuel Macron não o ter recuperado parece provar que ele continua subversivo …
Maio de 1968 mantém essa virtude de não ser completamente “digerível” pelas autoridades. Nicolas Sarkozy, que é sempre mais sincero que os outros, disse: “Temos que terminar com o Maio de 68! “Isso teve o mérito de ser claro. E isso significava que, para ele, ele ainda estava lá e não havia sido liquidado o suficiente. Continua sendo um símbolo negativo para os reacionários por duas razões principais. Por um lado, foi uma excepcional experiência radical, em particular por este momento muito perigoso para a ordem estabelecida de ligação efetiva entre intelectuais e trabalhadores. E, por outro lado, havia a mudança da moral, a liberação sexual, um modo de vida que desafiava a família geral e o conservadorismo familiar e social geral dos “reacionários ranzinzas”. Nós não podemos tirar isso dele. É isso que faz dele um evento divisor.
Em Petrogrado Xangaias revoluções do século XX, você assume a revolução cultural chinesa, incluindo as centenas de milhares de mortes. Você não é o último a se inspirar nela? 
Nos anos 70 – é bastante distante, mas afinal continuamos a falar sobre a Revolução Francesa e a Comuna de Paris – muitos intelectuais reivindicaram a Revolução Cultural Chinesa. As razões pelas quais eles “se arrependeram” devem ser cuidadosamente examinadas. Todo o mundo lia o Beijing information. Não devemos acreditar que descobrimos gradualmente os horrores da Revolução Cultural. Todo mundo sabia que havia grande violência, os guardas vermelhos, destacamentos de trabalhadores … grupos maoístas inteiros, como a Esquerda Proletária (criado em 1968, NDLR) até tentaram imitar essa violência. Sua linha política, na minha opinião completamente falsa, era também de colocar chapéus de burro nos capatazes, de atacar os patrões e os despir … A Revolução Cultural foi o paradigma revolucionário de todos aqueles que a reivindicaram. Eles se tornaram os renegados daquilo que eles tinham sido. Eles tomaram essa revolução como um contraste, ao falar dela como fizeram os “incríveis” do fim da Revolução Francesa: orgias sangrentas, atrocidades em todos os lugares … As revoluções sempre foram desacreditadas ao serem relegadas ao caos mortal.
O que elas também foram em parte …
Eu permaneço fiel ao que foi, em seu conteúdo político, a Revolução Cultural. Eu estou absolutamente consciente de que ela falhou. Uma parte de sua violência foi desnecessária e excessiva. Episódios deste tipo existem em todas as revoluções. A Revolução Francesa teve seu período de terror anárquico. Os massacres de setembro foram horríveis. Tenho a sensação de manter um julgamento calmo e equilibrado sobre a Revolução Cultural, em comparação com os amargos partidários de sua destruição histórica. Que não haveria nada para tirar disso, que seria um episódio atroz. Pelo contrário, é uma sequência política fundamental. Esta é a primeira tentativa na história de mudar um regime comunista a partir de dentro, não por repressões e expurgos, mas pela liberação do movimento de massa estudantil, primeiro, e trabalhador em seguida (18 de agosto de 1966, Ed). De certa maneira, eu conservo o significado e o valor que ela tinha para todos na época. 
Você declarou que a violência da Revolução Cultural Chinesa foi menor que a da ordem capitalista desde o seu advento.
Quando falamos de violência, devemos nos referir a dois critérios: primeiro, que a violência raramente é boa e que deve ser evitada. É um julgamento moral, eu o adoto. Se pudermos conseguir os objetivos sem usá-la é muito melhor. Eu sou preciso sobre o fato de que não é algo que me encante. O segundo aspecto é que a violência às vezes é inevitável quando o que você está lidando é uma questão de conflito. Seus oponentes não hesitam em usá-la quando se sentem acuados. Então você tem que estar preparado. Minha doutrina é que a violência legítima é geralmente defensiva. Isto é, tenta proteger os poucos ganhos ou orientações que são seus. No mundo tal como ele é, me parece impossível ser sistematicamente contra a violência.
Sua relação com a Revolução Cultural Chinesa lhe rendeu protestos de seu colega filósofo Daniel Bensaid. Você prestou homenagem à ele na Mutualité em 2010.
Eu sempre tive boas relações com ele. Ele me criticou, incluindo minha filosofia. Ele disse que eu era um “teórico do milagre”. Eu tinha muita estima e amizade por ele. Ele é o que podemos fazer de melhor no trotskismo.
Você boicota as eleições. O que você diz para aqueles que dizem que com o recuo identitário que trouxe Donal Trump e Jair Bolsonaro, a extrema direita pode tomar o poder em 2022.
O processo eleitoral sempre foi um benefício para a extrema direita. Nós devemos questioná-lo. Mesmo Hitler assumiu o poder em 1933 após eleições regulares. Nós nunca vimos os comunistas ganharem eleições nacionais. Não parece que as urnas permitam aos movimentos comunistas radicais revolucionários da extrema esquerda a realmente chegar ao poder. Em 1981, houve uma ficção deste estado de coisas com a eleição de François Mitterrand. Ao final de dois anos, percebemos que era a continuação da ordem anterior. Por outro lado, a extrema direita subiu ao poder. E isso vai acontecer de novo! Por quê? Porque esse tipo de sufrágio não é feito para mudar a sociedade. É um sistema consensual, em que todos aceitam as regras. Se esse é o caso, é porque ele é conforme a ordem dominante existente.
Por quê? 
Eu não entendo como as pessoas continuam a pensar que as eleições são um lugar livre para determinar a direção básica de um país. Como o ex-ministro da Informação, Alain Peyrefitte, disse acertadamente na época da eleição de Mitterrand: “As eleições são feitas para mudar o governo e não a sociedade.” Ele disse a verdade porque é uma regra que sobre a qual todo mundo se põe de acordo. Isso significa que os líderes de nossa sociedade, que todos sabem ser um pequeno núcleo de grandes capitalistas, não aceitariam eleições que não servissem a eles. Quando as coisas aquecem um pouco demais, quando o risco é muito grande, eles se juntam à extrema direita como seu último bastião. Não é extraordinário afirmar que as eleições são um sistema consensual em que a burguesia imperialista prospera. Eu não acho que elas já tenham servido para qualquer outra coisa. Nos Estados Unidos, podemos eleger Donald Trump, mas nunca um comunista. Isso é verdade em todo lugar. O sistema eleitoral parlamentar foi inventado pelo imperialismo inglês e criticado por Rousseau no século XVIII. Ele explica muito bem porque a eleição não é democracia. As grandes potências capitalistas e imperialistas construíram suas fortunas sobre ela. O sinal de que um poder alcançou um grau de desenvolvimento e considerável influência está no fato de adotar esse sistema. Eu acho que os chineses dirão que a eleição é melhor do que o sistema centralizado que eles têm atualmente. Ele permite que eles acumulem capital muito rapidamente. Mas, um dia ou outro, a pequena burguesia chinesa pedirá alguma satisfação e liberdade. Eles vão adotá-la porque criaram um “capitalismo de alto nível”. A política dita “revolucionária” não tem nada a ver com eleições. Em certas circunstâncias, pode ser interessante se apresentar às disputas. Mas é uma evidente aberração acreditar que ela pode chegar a uma política “revolucionária”.
Em 2015, no show Contre-courant que Aude Lancelin apresentava na época no Médiapart, você conheceu Jorge Lago, gerente de assuntos internacionais do Podemos. O que você acha da sustentabilidade desse movimento?
Nós vemos bem que eles são inteiramente prisioneiros do jogo eleitoral. A experiência do Syriza deve ser suficiente. Este partido se tornou na Grécia o gestor dos imperativos capitalistas. A tal ponto que hoje o governo de Tsipras põe na prisão aqueles que permaneceram militantes ativos. Há coisas terríveis acontecendo neste país. Eles bombardeiam os grupos que tentam se opor aos leilões dos imóveis. Esta se tornou a atividade mais suculenta do capitalismo grego sob a direção da Europa. O Podemos não está em todo lugar. A questão é se esse partido deve ou não se aliar aos socialistas. É um movimento interessante de agitação ideológica. Mas, do ponto de vista político, o Podemos continua sendo um componente do sistema dominante.
Como você explica a discrepância entre a impopularidade de Emmanuel Macron e a estima de alguns intelectuais de qualidade (Régis Debray, Edgar Morin …)? 
Eu analiso Macron como um subproduto da tradição bonapartista na França. Quando o sistema partidário tradicional está em perigo, desequilibrado, ela faz surgir um homem, uma figura singular que constituirá imediatamente seu próprio aparato. Ele se beneficia dessas circunstâncias para se estabelecer no poder. Napoleão Ier, ele mesmo, terminou com um golpe militar as lutas internas entre aqueles saídos da Revolução. Napoleão III, por sua vez, terminou com os “distúrbios” do ano 1848. Diante da impossibilidade de um acordo entre monarquistas e democratas, ele resolveu a questão “de cima”.
Esta posição bonapartista foi compartilhada pelo general de Gaulle.
Foi ele quem unificou na aparência as facções absolutamente opostas da Resistência durante a Segunda Guerra Mundial. A resistência era em grande parte liderada pelos comunistas, era importante não deixá-los no poder. Macron é a mesma coisa … em menor grau. Ele intervém no momento em que há uma crise simultânea da esquerda e da direita. A esquerda foi decomposta. Os comunistas são inexistentes. O Partido Socialista perdeu toda a credibilidade no exercício do poder. A direita não está indo bem porque não pode regular sua relação com a extrema direita. O Rassemblement National tem agora uma grande base, com possibilidades objetivas de aceder ao poder. Diante desta dupla crise do sistema parlamentar como um todo, estamos fazendo o que sempre fizemos. Um bom homem cria seu partido, sua panelinha, e se declara “acima dos partidos”. Como De Gaulle em seu tempo. Macron começou dizendo que ele não era nem de esquerda nem de direita. Isso coloca o problema de saber onde ele está! Na minha família, existem muitos “pró-Macron”, como éramos para De Gaulle ou Napoleão III. Existe essa ideia de que nada mais pode funcionar. Esta é uma aliança amplamente negativa: “Se não é ele, o que vai ser? Algo pior! “
Daí esta segunda volta das eleições presidenciais do ano passado …
Era preciso ser por Macron senão, horror, era Marine Le Pen! Basicamente, na opinião pública, Macron é constituído por uma negação e não de uma adesão. Sua política é um ajuste ao capitalismo globalizado. Temos que privatizar tudo, acabar com a Seguridade social. Fazer como na América. Do ponto de vista do país, é “a impossibilidade de qualquer outra coisa”. Isso é o que faz sua força e sua fraqueza. Na medida em que ele age, nós somos forçados a julgá-lo por suas ações e não apenas pelo fato de que não existe outra coisa. Como suas medidas são uma série ilimitada de lixo, ele perturba os aposentados por causa de seus ataques, os enfermeiros da EHPAD, os provinciais por causa do sistema de grandes cidades, os coletes amarelos por causa do combustível … As pessoas percebem que seu programa de americanização a um ritmo acelerado da França lhes custará caro. Apesar disso tudo, subsiste o lado negativo do seu público, a ideia de que não há outra coisa. Toda uma fauna intelectual diz que não pode ser nem Marine Le Pen nem Jean-Luc Mélenchon, que seriam os dois extremos. É muito engraçado porque não vejo nada de muito extremista em Mélenchon.
Na linguagem midiática, há uma suposta porosidade entre o populismo de esquerda da esquerda e à direita da direita. O livro de Ugo Palheta, A Possibilidade do Fascismo (La Découverte, 2018), postula que este amálgama beneficia, de fato, a extrema direita.
Eu acho essa história de populismo extremamente estranha. É uma palavra-valise que ronda, um rótulo desfavorável que grudamos. Não é porque o establishment rotula alguém de populista que isso vai me esclarecer algo sobre quem ele é. Isso me informa unicamente que não queremos isso no sistema dominante. O termo “populismo”, tal como ele é como usado, implica que se alguém se importa demais com o ponto de vista das pessoas, teremos ideias reacionárias e inadmissíveis. É uma consideração estranha. De baixo, parece-me que aqueles que chamam de “populismo” o que eles chamam de “extremos” estão em uma posição de desconfiança para com o povo. Enquanto, ao mesmo tempo, reivindicam a grande soberania popular da nossa República. Existe uma obscuridade semântica. O que essa palavra significa exatamente? São todas as opiniões que desagradam a oligarquia. Por quê? Porque ela se importa com o que as pessoas dizem? Porque ela está pedindo mais “voluntariado” do povo? Para mim, o populismo é um esconderijo-miséria de coisas suspeitas.
Marine Le Pen é descrita na mídia como “populista”.
O que eu vejo como reacionário e perigoso em Marine Le Pen não é ela que seja populista. Isso não significa nada! Ela não é populista, mas identitária. Sua lógica é petainista: trabalho, família, pátria. É totalmente diferente. O culto das identidades na política sempre esconde, de uma forma ou de outra, o fascismo, mais ou menos religioso ou nacionalista. É sempre baseado em identidades, mas não aquela do povo. Este não é uma identidade. É um grupo de pessoas. Em um povo, há sempre várias identidades diferentes. É preciso se livrar da palavra populista e dizer exatamente o que está sendo criticado por essa ou aquela orientação. Marine Le Pen alega uma identidade francesa absolutamente misteriosa. A França é um país com uma identidade indefinível. De outro lado, que a extrema esquerda fale de soberania e dos interesses do povo, porque não. É a tradição dela. Neste ponto, podemos dizer que Robespierre e Saint-Just eram populistas. Mélenchon é ainda menos perigoso.
Suas conferências e as de Jacques Rancière estão lotadas. Que terceira via você vê entre o capitalismo e o stalinismo totalitário e burocrático?
Há 30 anos, estamos em um período de contra-revolução global. Não apenas o poder conservador está totalmente sujeito ao capitalismo globalizado, mas essa política quer desfazer o que foi adquirido anteriormente. Naquela época, o Partido Comunista era poderoso e havia intelectuais revolucionários e comprometidos. Macron está trabalhando agressiva e sistematicamente para derrotar essas conquistas. Ele não é o único no mundo. Nos Estados Unidos, Donald Trump está tentando erradicar os poucos átomos dispersos do progressismo persistente. Nestas condições, o campo que quer definir outro caminho deve ser lúcido. A situação é desfavorável. Eu diria mesmo que estamos em um período de recomeço. Os ensinamentos mais básicos do marxismo devem ser disseminados novamente, revisados, discutidos. Nós devemos criar escolas para lhes transmitir.
Onde estamos segundo você? 
Quase no estágio em que estava o desafortunado Karl Marx quando escreveu vigorosamente o Manifesto do Partido Comunista, em 21 de fevereiro de 1848. Na época, o Partido Comunista de que ele falava era representado quase que somente por ele e por Friedrich Engels. Hoje, a prioridade é ideológica e experimental: existem questões políticas dentro das quais podemos experimentar novos módulos que entram em conflito aberto com a ordem dominante? Na França, é a questão do proletariado nômade. Eu não uso “migrante” porque não é sua identidade. O conflito existe. As coisas acontecem, anarquicamente, como sempre é o caso no começo. Devemos conectar os experimentos a um exame cuidadoso, prolongado e sistemático do marxismo, mas também às tentativas revolucionárias do século XX como um todo. O que realmente aconteceu em Petrogrado e Xangai? Que balanço nós tiramos? Que formulação nos permite evitar os fracassos destas empreitadas? É um trabalho gigantesco! É necessário combinar experiências enraizadas em situações com esse vasto exame coletivo do balanço geral do socialismo durante o século e meio de sua existência. Não há senão que fazê-lo.
Finalmente, você tem outros ensaios no forno?
Eu estou em um período que não é muito claro. Eu poderia dizer a mim mesmo, aos 81 anos, que estou na idade da aposentadoria. O único problema é que não é tanto o meu temperamento. Do ponto de vista da construção filosófica, tenho a impressão de que não irei além daquilo que realizei. Minha trilogia forma um conjunto completo. Eu também posso fazer estudos especiais, por exemplo, em números reais. Mas estes são exercícios em uma área muito limitada. Eu me coloco essa questão de um homem idoso, de fazer uma biografia, não pessoal, mas política. Há um arco entre a França da guerra argelina e a de Macron. Muitas coisas aconteceram entre os dois que eu posso dizer do meu jeito: o que foi para mim entrar na política durante o drama colonial, ao fim da IV República? Em seguida, houve o meu envolvimento no seio do Partido Social Unificado (PSU), maio de 68, as experiências do maoísmo … a situação atual. Isso parece que pode interessar as pessoas!

Antes pelo contrário
Antes pelo contrário
Daniel Oliveira
Uma investigação mal feita sobre o PCP não é anticomunismo, é mau jornalismo

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Uma autarquia dirigida pelo PCP pode contratar os serviços do genro do secretário-geral do partido? Qual é a fronteira entre o nepotismo e o direito de familiares de políticos manterem relações com instituições públicas? O genro de um primeiro-ministro não se pode relacionar com o Estado? E o do Presidente da República? Tendo em conta que a CDU não dirige assim tantas câmaras e que Jorge Bernardino não parece, pelo seu currículo, ser um fornecedor incontornável, talvez o bom senso mandasse que não se candidatasse a trabalhar com uma autarquia dirigida pelo partido que o sogro lidera. E se ele próprio for militante do PCP, a cautela deveria ser ainda maior. Se não for pela defesa da imagem do Estado, que seja para não prejudicar o seu partido.
Ainda assim, é bom ser rigoroso. Antes de tudo, a comparação que o PS local fez com uma velha acusação ao seu mandato em Loures é, para dizer o mínimo, forçada. Uma autarquia ter negócios com um familiar de um dirigente do partido que tem a presidência da câmara, quando esse dirigente nem sequer tem qualquer função nessa entidade pública, não é a mesma coisa que um presidente da câmara contratar a mulher, a filha, dois cunhados e a nora. Haja um bocadinho de decoro.
Também seria importante a TVI ter algumas informações importantes que, na realidade, fragilizam a relevância da história. Que Jorge Bernardino foi escolhido depois de uma consulta prévia a mais duas empresas, como a lei exige, tendo sido ele quem apresentou os preços mais baixos. Que aquilo que na peça é resumido a mudar umas lâmpadas, uns casquilhos e uns cartazes corresponde a garantir a manutenção permanente de 438 abrigos de paragem, incluindo a substituição de publicidade institucional. Não é pago à peça. Que recebe pelos 438 abrigos menos do que outra empresa recebia por 271 (quando Jorge Bernardino apenas garantia a manutenção de 153). Que o aumento do valor pago a Jorge Bernardino, apresentado como suspeito, resulta desta passagem de 153 para 438 abrigos. E, acima de tudo, que não estamos a falar de um salário ou de uma avença para um biscateiro mas da contratação de um serviço externo, o que inclui todas as despesas associadas e não apenas a mão de obra. A comparação com o salário do presidente da câmara é idiota. A ninguém passaria pela cabeça comparar o salário do primeiro-ministro com o que o Estado paga a um fornecedor pelos seus serviços.
Descontado o que a peça da TVI não nos quis contar, que esvaziaria parte do assunto, e parecendo que todos os procedimentos legais foram cumpridos, restava o incómodo ético de um familiar do líder de um partido manter relações comerciais com uma câmara dirigida por esse partido. Cada um decidirá até onde leva os seus pruridos, mas seguramente isto não permite o escândalo que se instalou. Pelo menos não me lembro de igual reação perante as relações que o genro do ex-Presidente Cavaco Silva foi mantendo com o Estado, seguramente bem mais relevantes (nos valores e no impacto) do que a manutenção de uns abrigos.
A melhor forma de combater a mentira (ou a meia-verdade) é a verdade. Foi o que fez o comunicado da Câmara Municipal de Loures. A pior forma é apelar a uma excecionalidade vitimizadora para cerrar fileiras, sem gastar uma linha a esclarecer os factos. Foi o que fez o PCP. Esteve bem Bernardino Soares, esteve mal o PCP, esteve péssima a TVI
Sendo altamente improvável que o presidente da câmara não tenha dado todos estes esclarecimentos ao jornalista (eles estão no site da autarquia), fica a dúvida: porque ficámos sem saber estes “pormenores” sobre a relação contratual entre o genro de Jerónimo de Sousa e a Câmara Municipal de Loures? Porque se eles tivessem sido apresentados a coisa não se ia vender tão bem. E este é um dos problemas do jornalismo mercantilizado: quanto melhor for o produto menor o seu valor comercial.
Dito tudo isto, a reação do PCP não podia ter sido pior. Em vez de remeter para os esclarecimentos da Câmara de Loures, que me parecem rigorosos, preferiu antecipar-se e vir com a velha acusação de “anticomunismo”, num comunicado carregado de adjetivos, onde até o combate ao fascismo vem à baila, banalizando-o da pior forma. Infelizmente, esta reação não é nova. Já aconteceu em circunstâncias em que o PCP não tinha razão. Ela não resulta apenas do sentimento momentâneo de injustiça (que outros partidos já sofreram), mas da ideia instalada na Soeiro Pereira Gomes de que pôr em causa a seriedade de um comunista é um crime de lesa-majestade.
O PCP está tão sujeito ao escrutínio democrático como qualquer outro partido. Não goza de maior presunção de inocência que todos os outros, nem tem de ser visto como se fosse tributário de algum tipo de superioridade moral. Os dirigentes do PCP são tão honestos e tão desonestos como os de qualquer outro partido. Quem conhece as autarquias dirigidas pelo PCP sabe que lá pode encontrar tantos casos de favorecimentos e irregularidades como em qualquer outro lado. Assim sendo, o PCP não tem de reagir a notícias que considera injustas como se elas tivessem uma natureza diferente de qualquer outra investigação pouco rigorosa. Não há qualquer razão para imensas notícias mal feitas sobre o PS, o PSD, o CDS ou o BE serem apenas mau jornalismo e uma notícia injusta sobre o PCP ser anticomunista feito “a par da conhecida promoção da extrema-direita e da reabilitação de Salazar e do regime fascista”. E a vitimização é absurda. Na realidade, pela discrição pública que mantêm e o mito de que são mais sérios do que os outros, os autarcas e dirigentes do PCP até são menos escrutinados do que os dos outros partidos.
A melhor forma de combater a mentira (ou a meia-verdade) é a verdade. Foi o que fez o comunicado da Câmara Municipal de Loures. A pior é apelar a uma excecionalidade vitimizadora para cerrar fileiras, sem gastar uma linha a esclarecer os factos relevantes. Foi o que fez o PCP. É uma falta de respeito pelos seus eleitores. Como se a expressão “anticomunismo” chegasse para que não haja mais perguntas. Esteve bem Bernardino Soares, esteve mal o PCP, esteve péssima a TVI.
NOTA: Sim, tenciono escrever sobre o que aconteceu no Bairro da Jamaica e na Avenida da Liberdade. Não, não o tenciono fazer sem perceber o que realmente aconteceu num e noutro lado. E comunicados da PSP não me chegam – não acredito no jornalismo oficioso. Um vídeo viral também não. Não, não parto do princípio de que a população do bairro teve razão. Não, também não parto do princípio de que a polícia agiu bem. E não, não acho que este debate, para ser mais do que uma crónica sobre um episódio, possa passar ao lado do que é o Bairro da Jamaica e porque é que ele existe num país do primeiro mundo. Nunca me colocarei no lugar do burguês assustado com a invasão dos bárbaros. Que ignora a revolta para exigir o sossego que quem vive no Jamaica nunca teve. Mesmo que eu seja um burguês e até me assuste às vezes. Porque ver os invisíveis que se amontoam em lugares por onde nem sequer alguma vez passámos é o dever de quem quer ser justo. Para os ver não precisamos de dividir o mundo entre bons e maus. Basta desejar mais do que a popularidade fácil. Por isso, cheira-me que esse texto vai esperar pelo fim de semana.

Viagem à Polónia

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Auschwitz: nele pereceram 4 milhôes de judeus. Depois dos nazis os genocídios continuaram por outras formas.

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Auschwitz, Campo de extermínio. Memória do Mal Absoluto.